Este
libro me lo regalaron hace años, cuando era estudiante en la
universidad. La persona que me lo regaló no lo había leído, simplemente lo escogió porque trataba de
una mujer con la profesión que yo estaba estudiando y pensó que
podría gustarme. Fue un buen detalle, y me pareció un libro
buenísimo, pero también sufrí mucho al leerlo. Se puede decir que
es literatura femenina, aunque haya debate en contra de que tal
concepto exista, pero lo cierto es que va sobre una mujer y lo
escribe una mujer, relatando no solo los hechos sino sus emociones, y
es algo que antes de cierta fecha apenas existía, si acaso en la
Sra. Dalloway de Virginia Wolfe.
Hay
poesía entre sus páginas, y no me refiero a poemas. Es la
sensibilidad con la que está escrito y la magia que entremezcla con
la realidad. Bebe un poco de la corriente de realismo mágico de
otros autores, pero de manera más sutil. Y no ocurre todo el rato,
el tono va cambiando, porque se produce una mezcla de géneros en
cierto modo. Al hilo de esto, se habla mucho de la especialización
como consejo para autores noveles, pero no estoy de acuerdo. Igual
que un lector puede leer diversos géneros, un escritor puede
escribir sobre todos ellos, si es que le apetece y tiene la pericia
para ello.
En
este libro, primera novela de la autora nicaragüense, se combina una
intensa historia de amor con una trama trepidante de organizaciones
clandestinas que luchan contra la tiranía gubernamental. El final es
uno de los más intensos que leí nunca, y años después de haberlo
leído y sin recordar por completo todos los detalles, aún me veo
literalmente llorando cuando cerré el libro.
Si
tuviera que resumir el libro en una sola palabra, sería Ideales. Es
el hilo que mueve esta historia, como otras grandes de la literatura,
como Hamlet por poner solo un ejemplo.
Totalmente
recomendable.
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