Asesinato en el Parque de María Luisa, de Rafael Salcedo. Reseña


Editorial: auto publicado. 308 páginas.

Género: Policíaca, novela negra, suspense 

Sinopsis

El sevillano Parque de María Luisa de Orleans, jardín romántico por antonomasia, constituye el epicentro de esta historia ambientada en la capital hispalense durante la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929. En paralelo a ésta, tendrá lugar una serie de crímenes cuya resolución, gracias al azar, corresponderá a dos jóvenes criminólogos norteamericanos de visita en la ciudad y recién graduados en el más prestigioso centro universitario de Chicago. Sobreponiéndose a su bisoñez como investigadores, tendrán que salvar no sólo los obstáculos de un complejo caso sino también mantener una dura lucha contra el reloj para librar del patíbulo a un inocente.

Tal como ocurriera en "Asesinato en un día nevado", esta nueva obra convierte a Sevilla y sus gentes en protagonistas de la historia, incidiendo en el trasfondo social de la época. De igual forma, la narración alterna momentos de intenso lirismo y aire melancólico con crudas situaciones donde la condición humana pone de manifiesto sus miserias. No faltarán entre sus páginas momentos de humor ni tampoco de romanticismo entre adelfas, mirtos, arrayanes, jazmines, bojes y laureles.

Voy a empezar por la mayor pega que le veo a este libro. La principal forma de transportarnos un siglo hacia atrás se basa en la enrevesada manera que tienen todos los personajes de hablar, incluso el más analfabeto del lugar. Parece que el autor se deja llevar por la deformación profesional de trabajador de la rama del Derecho y utiliza varias páginas para contar lo que cabe en un párrafo. El tono general me resulta muy pedante -algo que ya se deja entrever desde la sinopsis- y lastra en exceso la lectura. Como ejemplo, un pintor de brocha gorda da una especie de conferencia que no podría dar ni un catedrático, para, a renglón seguido, pasar a hablar como un simple miembro del pueblo llano de esas latitudes, que era lo que le correspondía de entrada.

La redacción es correcta pero no se libra de alguna errata: "me hubieran hastiado". Lo curioso es que en la frase siguiente ya dicen "hostiado". Y es que no se puede confiar en el auto corrector cuando se trata de palabras que existen pero que, simplemente, no iban ahí.

La historia en sí es entretenida y el hecho de que los americanos vayan a Sevilla da lugar a situaciones divertidas a causa del idioma, pues los extranjeros no entienden los modismos, como "no estaba la tarde muy católica".

Ahora bien, resulta poco creíble que coincidan varios asesinatos tan parecidos en tan poco tiempo, y que los resuelvan de manera exprés en tan solo unas horas, sobre todo teniendo en cuenta que hay más de un sospechoso.

Entretiene, se desarrolla en una época interesante, pero resulta demasiado densa como para ser una lectura agradable.