La suerte del debutante, de Esteban Navarro. Reseña



Género: novela negra, policíaca

Editorial: autopublicado 

nº páginas: 410

Año: 2021


Sinopsis:

Simón, un adolescente de una población costera cuyos padres están enfermos, decide cometer pequeños hurtos con la intención de ayudarles económicamente. En unas semanas se da cuenta de que robando se puede ganar más dinero, y más rápido, que trabajando. Cuando se entera de que un compañero del colegio y una chica del barrio, mayor que ellos, hacen lo mismo, los tres deciden asociarse. Pero en los primeros repartos de las ganancias surgen desavenencias, al percatarse sus compañeros de que Simón tiene una extraordinaria suerte en todo lo que hace.


Como he comentado otras veces acerca de los libros de este autor y ex-policía, si escribes sobre lo que sabes te ahorras mucha labor de documentación. He aquí un ejemplo:

En esos años no había mujeres en la policía y los agentes varones no podían cachear a una mujer, por lo que era complicado hallar droga cuando se la escondían en partes íntimas.

Este libro está organizado en muchos capítulos, con el mérito de que todos empiezan por una cita célebre. Cada capítulo no se hace pesado dada su brevedad y, sin embargo, al conjunto creo que le sobran páginas y le falta ritmo, sobre todo en la parte central del libro. Se repiten situaciones y reflexiones, como si el lector sufriese de amnesia o necesitase que le digan varias veces lo mismo para que se entienda. Es un error que suele repetir en sus demás libros, por desgracia. 

Como principal punto positivo, comparada con las otras novelas suyas que leí, se nota en esta una evolución en la prosa, que aquí es más fluida y sin apenas erratas. 

Todos sus libros son de género policíaco o novela negra, y este no es una excepción. Pero durante buena parte de sus páginas tenemos más bien una crónica social de la época en la que se desarrolla. La intriga aparece con cuentagotas, aunque los momentos más álgidos están bastante logrados. Eso sí, la verosimilitud no es el punto fuerte de la trama, como comentaré en el spoiler.

Lo más interesante de este libro es que el autor explora el proceso de forja de un delincuente, nos mete en la mente del criminal en proceso de formación, con sus diálogos internos, sus conflictos morales, sus justificaciones y arrepentimientos, etc. Interesante también es la pregunta subterránea que nos plantea la novela: ¿qué camino tomaría cada persona ante la misma situación? Obviamente, si todo el mundo se comportase de idéntica manera, todos seríamos delincuentes. Pero a todo esto hay que sumarle lo que plantea el título del libro, y es que el chico protagonista es un principiante en el "arte" de delinquir, con lo que conlleva de la consabida suerte, según el dicho.

En resumen, una aceptable novela negra que ganaría brío si tuviera menos páginas.


Spoiler

Resulta poco creíble cuando mata a la anciana dejando un enorme reguero al mover el cuerpo y luego lo limpia todo del tirón. Igual ocurre cuando descubre una mancha de sangre, tira un cubo por la escalera y se borra todo al primer intento xD. O cuando se pone las zapatillas de deporte que lavó unas horas antes, con lo que tardan en secarse, aunque fuera verano. Este otro ejemplo va en la misma línea:

Sin soltar la caja, apagó la lámpara con su rodilla, porque las manos las tenía ocupadas.

No sé qué clase de lámpara se apaga con la rodilla. De hecho, sin manos debería usar un altavoz inteligente.

Los diálogos chirrían también por su falta de credibilidad. Los chicos de 14 años no hablan así, ni en esa época ni ahora:

Me hiciste vender tabaco y cerveza producto de robo.

Por no extenderme con este tipo de ejemplos, comentaré un último caso: cuando la chica, tan joven, y delincuente para más señas, se hace pasar por policía.

El retrato psicológico del protagonista es interesante pero un tanto confuso. El chico da unos bandazos, entre echarse a perder y rectificar, o entre odiar a los padres hasta el punto de desearles la muerte, y quererlos mucho de repente. El libro también oscila entre la suerte del debutante y el destino, que lo convierte todo en una cuestión de buena o mala suerte, para en la última frase decirnos que la suerte no existe, sino las buenas o malas acciones. Sin embargo, el chico se escapa de todos los delitos sin problemas, con lo que sus malas acciones quedan sin castigo, lo cual resulta un contrasentido.

Por resumir mucho, en el libro pasan varias cosas, pero a él no lo pillan nunca.