Reseña: El fantasma de Canterville de Oscar Wilde. Edición de La aventura de leer con Susaeta Ediciones


Sinopsis de la editorial:

En este cuento, se da un vuelco, con ingeniosa comicidad, a las historias de fantasmas, que nunca antes se habían visto en semejantes situaciones. Esta conocida obra del gran Oscar Wilde, adaptada con maestría en nuestra colección para jóvenes lectores, ha sido llevada al cine y al teatro en numerosas ocasiones.


Este es uno de esos libros que casi todos conocemos pero sin haberlo leído, pues ha sido llevado al cine en numerosas ocasiones, como bien dice la sinopsis de la editorial.

Como gran fan de Oscar Wilde que soy, solicité un ejemplar cuando se dio la ocasión de lograr uno en la estupenda iniciativa Masa Crítica de Babelio y, por suerte, conseguí que me lo enviasen.

El libro pertenece a una colección infantil que cuenta con distintos niveles adaptados a la capacidad lectora de los niños. Este pertenece al nivel 3 y se trata de una versión resumida e ilustrada, en tapa dura y tamaño pequeño, todo lo cual es de lo más adecuado para el público al que se destina.

Se lee del tirón y con agrado, pues la esencia de la historia se mantiene intacta y las ilustraciones aportan un toque de encanto que ayuda a transportarte al ambiente donde se desarrolla.

El sentido del humor y la ironía de Wilde brillan especialmente en esta obra que plasma el contraste entre la tradicional Inglaterra, con mansiones y fantasmas incluidos, y la moderna (en comparación) nación estadounidense que no entiende de tradiciones ni respeta siquiera al pobre fantasma atormentado.

Un librito que hará las delicias de los fans de Oscar Wilde y una magnífica manera de introducir al público infantil en la lectura de clásicos tan imprescindibles como este.

Harry Potter y el legado maldito. Reseña


Advertencia: mi reseña está llena de spoilers.

Creo que he necesitado que pasaran 20 años desde que leí el último libro de la saga para poder leer esta obra y asimilar que Harry Potter ya es adulto, tiene hijos y todo eso. Sólo así he podido disfrutar de esta adaptación de la obra teatral, porque ya adelanto que me ha hecho disfrutar y regresar al mundo mágico que tanto me marcó en su momento. 

Como gran fan y conocedora de la saga, y tras las críticas que había oído acerca del montaje teatral, no sabía qué iba a encontrarme. Aunque lo negativo se refería a cuestiones tan obviamente criticables como que Hermione, de repente, fuera negra.

Mi opinión resumida es que parece una especie de fanfic oficial para cerrar de alguna manera la vía que quedó abierta al final del libro séptimo. Las historias de las películas posteriores sobre Animales fantásticos me interesan poco, sobre todo porque no tenemos al trío de personajes principales. Esta secuela es pura nostalgia para fans, y debes conocer bien la historia original para no perderte con los personajes y el argumento. 

La historia arranca justo en la misma escena final de la saga, con Harry despidiéndose de su hijo pequeño en el andén antes de que este vaya a Hogwarts por vez primera. En vez de contarnos lo que pasa durante el par de décadas previas y llenar el hueco entre la batalla contra Voldemort y el presente, seguimos desde ahí, sin que haya tampoco flashbacks sobre esos años. Se da por sentado que sus vidas han sido tranquilas e incluso aburridas. Pero algo está a punto de cambiar.

La primera sorpresa es darnos cuenta de que Albus, el hijo de Harry, que parecía tener conexión con su padre, realmente tiene una relación complicada con él, hasta el punto de que apenas se soportan. Harry llega a justificar ese conflicto por el hecho de que él no tuvo padre, pero es que Albus no es su primer ni único hijo, así que la explicación queda rara. Además, Harry no tuvo padres pero hay varios adultos que lo quieren como a un hijo, por ejemplo, los padres de Ron, Sirius, y por supuesto, Dumbledore. Aquí se produce una emotiva charla entre Harry y su querido profesor, en la que el anciano dice que no sabía amar, o le daba miedo hacerlo, y ambos acaban diciéndose "te quiero", algo bastante obvio durante toda la saga.

Harry nunca fue un héroe típico, y por eso me gustaba tanto. Era un chico normal al que se le viene encima una misión que le quedaría grande a cualquiera. Y la tarea de ser padre tampoco debe ser fácil. En cuanto a Albus, parece que teme ser devorado por la sombra de la fama de su padre, y trata de arreglar cosas del pasado de este, quizá para rivalizar o quién sabe por qué. 

Los tres primeros cursos en Hogwarts pasan volando, para que no sean tan niños cuando llega el momento de pasar a la acción. Curiosamente, Albus entra en la casa Slytherin, tal como quiso el sombrero seleccionador que ocurriera con Harry, y se hace amigo íntimo nada menos que del hijo de Draco Malfoy, Scorpius. Si no fuera porque ambos muestran interés por las chicas, parecería que sienten algo más que amistad entre ellos. 

En la obra teatral hay como dos partes. La primera narra cómo ambos amigos se saltan el colegio para ir a rescatar al pobre Cedric de la muerte en el torneo de los magos del libro cuarto, para lo cual la lían parda durante varios viajes en el tiempo, con lo que se demuestra, digamos, que las críticas de muchos fans sobre el uso desaprovechado del giratiempo no tienen sentido, pues es imposible mejorar algo del pasado sin empeorar algo del futuro. Pero el hecho de viajar en el tiempo nos deja momentos interesantes distópicos en varias realidades paralelas, como volver a tener a Snape vivo, o que Harry pueda ver aunque sea de lejos a sus padres antes de ser asesinados. 

En la segunda parte tenemos una, en aparente, amenaza por parte de Voldemort, pues Harry vuelve a sentir dolor en su cicatriz. Pero resulta que la presencia maligna es la hija de Voldemort, que nació de su unión con Bellatrix, algo que a mí personalmente me parece posible, ya que la mortífaga sentía una devoción exagerada por el Señor Oscuro. Este argumento nos deja escenas tan interesantes como la de regresar a la noche en la que Voldemort intentó matar al pequeño Harry y se llevó por delante a sus padres. Quizá es el momento más heroico de la vida de Harry, por encima incluso de estar dispuesto a sacrificar su propia vida para destruir a Voldemort. Saber que está a su alcance salvar a sus padres y no hacerlo, por el bien de la comunidad de magos, es algo propio de un mártir. Pero, como ya he comentado, el giratiempo puede tener consecuencias catastróficas, y la única manera de saber que Voldemort será destruido es dejar que la vida siga tal como tenía que seguir, pues los horrocruces ya estaban todos hechos a esas alturas.

Hay momentos divertidos y algunos espectaculares, dentro de lo que cabe, ya que está pensado para ser representado en un teatro. Ojalá hicieran la adaptación al cine, y con los actores originales, antes de que envejezcan. Aunque ya muchos, por desgracia, han fallecido.

Tanto aquí como en las novelas tenemos que pasar por alto cuestiones como entrar en cuerpos ajenos mediante la poción multijugos, provocando situaciones raras como el beso entre Hermione y su sobrino, que está transformado en Ron en ese momento.

Por poner alguna pega, el tema de la manta donde ponen un mensaje para el futuro no se entiende, porque ese mensaje debía estar desde siempre en otra línea de tiempo, pero en fin, las cosas de viajes temporales son así de liosas. Otra cosa que no me queda clara es cómo entra Harry en la sala de Slytherin, aunque ya se coló en el segundo curso cuando tomó la poción multijugos, pero dice que le parece todo muy verde, quizá por disimular. Quizá entró hablando parsel, pero en todo caso, la sala es sólo para alumnos, y ningún retrato debería dejar pasar a un adulto.

Una de las incógnitas de la historia es a qué se dedican los tres protagonistas de adultos. Hermione como Ministra de Magia tiene su lógica y me parece justo. Harry ya sabemos que no podía ser auror porque no hizo todos los exámenes, pero trabaja igualmente en el Ministerio de Magia.  

Harry nunca fue un héroe que actuase en solitario. Él sólo no podría haber derrotado a Voldemort, fue un trabajo en equipo, y aquí pasa igual en el momento culminante del enfrentamiento con la hija del Señor Tenebroso. Cuando dice, yo no puedo vencerte solo, pero sí con mis amigos, volvemos a tener el mismo mensaje de la toda la saga: al final triunfa el amor y el compañerismo por encima del villano solitario que no sabe amar.

Jane Austen y sus malditos hombres perfectos

Jane Austen es una de mis escritoras favoritas. No sólo tiene el mérito de haber destacado en una época poco propicia para las mujeres en general, sino que es una maestra en su género. Sus novelas han sido injustamente encasilladas como novelitas rosa, pero en realidad son una mezcla de sarcasmo social y ciencia-ficción. Sí, has leído bien: ciencia ficción. Pues, en realidad, cualquier historia sobre hombres perfectos pertenece a dicho género, y creo que la literatura romántica triunfa tanto entre las mujeres como la ciencia ficción entre los hombres porque, en el fondo, ambas tratan de mundos inexistentes.

La propia Jane no conoció nunca el amor en su vida real. Era una soltera redomada y tuvo la valentía de no sucumbir al mandato social de casarse por narices, a pesar de que no le faltaban los pretendientes. Además, ¿qué hombre hubiera podido competir con los protagonistas de sus novelas...? Todos los personajes secundarios sí son un fiel reflejo de su mundo contemporáneo: vicarios repelentes, soldados mujeriegos, caza-fortunas y un largo etcétera. 

Veamos varios de los maravillosos hombres que surgieron de su pluma y que, malditos sean, dejaron el listón demasiado alto para todas las lectoras que tuvimos la buena y mala fortuna de leer a esta autora en nuestros años mozos. Voy a comentar mis tres libros preferidos, que contienen a los protagonistas más perfectos. Aviso: el resto del post está lleno de spoilers.

Orgullo y prejuicio  

El señor Darcy es un tipo estirado y podrido de dinero que, al principio, cae fatal, tanto a Lizzy como a cualquier lectora. Pero el tipo está como un queso, o al menos así es como nos lo imaginamos, sobre todo en la versión protagonizada por Colin Firth (quien también interpreta al Darcy contemporáneo de El Diario de Bridget Jones). Físico aparte, es caballeroso, no tiene con quien compartir su fortuna y, en definitiva, es un "pobre chico rico" que estuvo malcriado y consentido toda  la vida. Hasta que se topa con ella, una chica que se sale de la norma de la época y prefiere una buena biblioteca antes que un marido, o que cualquier marido. El momento en el que él confiesa su secreto enamoramiento es épico, pues le dice algo así como que se ha enamorado a pesar de él mismo, y que venga, que lo tiene que aceptar y rapidito. Ella reacciona como una mujer empoderada de varios siglos posteriores y lo manda a paseo, aunque la llama entre ambos ya ha prendido. El punto de ciencia ficción aquí llega cuando él reconoce que se ha equivocado, tanto en su nefasta forma de declararse como en lo de ser un capullo toda su vida. Y, atención, ¡este hombre dice que cambiará, y hasta cambia y todo! xD

Persuasión 

El protagonista de esta historia es un hombre que cumple uno de los sueños de la mayoría de mujeres: la espera el tiempo que haga falta, siempre está ahí y no la puede olvidar. A pesar de tener a todos en contra, esta pareja acaba junta cuando parece imposible, o cuando parece que todo se ha enfriado ya y ella parece que se va a quedar para vestir santos a sus veintitantos años. Pero Jane, que bien podría haber escrito novelas de suspense como su compatriota Agatha Christie, se guarda un as en la manga y nos desvela que el chico está coladito hasta los huesos por ella, a pesar de todos los desplantes sufridos. La nota que le deja escrita a toda velocidad es una obra maestra del arte de mandar notitas xD Y logra que nos derritamos ante tanta perseverancia y pasión mantenida en el tiempo, en la línea de los años que espera el protagonista de El Diario de Noah antes de reunirse con el amor de su vida.

Emma

Emma es la peor protagonista de todas, pues se trata de una chica un tanto frívola y creída. Pero ahí está "él", para ayudarla a madurar, para confesarle que la ama desde siempre, y para preguntarle, para nuestro pasmo, que si tiene alguna posibilidad con ella. Un hombre paciente, con tacto, que se gana su afecto sin ir a saco, que la trata como a una adulta en vez de como a un trozo de carne sin cerebro, y que quiere sacar la mejor versión de ella. Otro ejemplo de hombre perfecto que nos deja atónitas y suspirantes.

El don de Haziel de Adella Brac. Reseña


Género: fantasía urbana, juvenil, romance

Libro autopublicado, 219 páginas, año 2018


Sinopsis:

Lola vive su vida sin preocuparse por los demás y piensa que es feliz así, pero todo cambia el día que sufre un accidente de coche que la deja inconsciente varias horas.

Cuando despierta en el hospital, puede ver un halo de luz que envuelve el cuerpo de cada persona. Convencida de que se trata de una secuela pasajera, decide ignorarlo y recuperar su antigua rutina.

Pero las cosas nunca salen según lo planeado. Un desconocido, al que solo ella puede ver, llegará a su vida para desvelarle algo sobre su pasado.

Y este encuentro romperá para siempre su esperanza de regresar a la normalidad.


Esta novela arranca con buen ritmo, engancha al principio y te sumerge en la vida de una chica que de repente cambia a raíz de un accidente de tráfico. Por cierto, ella pasa 14 días en el hospital y, sin embargo, habla de un tercer viernes, algo que resulta imposible.

En general está bien redactado, aunque quedan algunos fallos por pulir, como esta frase: "Lo que sí puedes estar segura es de que..." Lo correcto es "de lo que puedes estar segura es..." 

Lo que empieza siendo un asunto de ver auras alrededor de cada persona alcanza unos niveles paranormales elevados cuando entra en escena un ángel. El resto del tiempo todo es cotidiano, quizá demasiado, pues ella hace las cosas típicas de su edad, como ir al gim, salir con amigas, trabajar... y cosas menos habituales como ir al cementerio por si se topa con algún espíritu errante.

El don al que alude el título no le sirve para salvar el mundo o cosas así. Es algo que parece no explotarse demasiado en la historia hasta que llegamos al tramo final y descubrimos... más en el spoiler.

Una novela peculiar que gustará a los más jóvenes y a los fans del universo de los ángeles.

Spoiler

Ella es una especie de elegida y, sin embargo, no hace nada especial en este mundo ni en el cielo. Nada menos que el arcángel Gabriel se enamora de ella, sin que quede claro bien por qué. Creo que un ángel menos famoso hubiera quedado menos chocante. Para rematar, ella se queda embarazada de él, que tiene un cuerpo sin corazón, pero, por lo visto, sí que lleva todos los demás órganos, y de repente la historia acaba abruptamente. Gabriel se hace humano y vive con ella el resto de sus días. Uno menos para el santoral xD Me queda la duda de si seguirán juntos en el más allá y si ella será otro ser celestial, a pesar de no tener millones de años de edad como él. En cuanto a él, no sé qué clase de vida puede llevar sin documento de identidad y caído del cielo literalmente. 

No entiendo cómo es posible que un ángel (o más, por lo que dicen) pueda morir. Tampoco entiendo que el ángel maligno esté junto a ella sin hacerle daño. En fin, cuando se mezcla mundo real y fantasía la cosa resulta complicada de encajar. 

La paciente silenciosa de Alex Michaelides. Reseña


Género: novela negra, suspense, thriller

Editorial: Alfaguara, año 2019. 384 páginas

Sinopsis:

Alicia Berenson, una pintora de éxito, dispara cinco tiros en la cabeza de su marido, y no vuelve a hablar nunca más.

Theo Faber, un ambicioso psicoterapeuta forense obsesionado con el caso, está empeñado en desentrañar el misterio de lo que ocurrió aquella noche fatal y consigue una plaza en The Grove, la unidad de seguridad en el norte de Londres a la que Alicia fue enviada hace seis años y en la que sigue obstinada en su silencio.

Este es uno de esos libros en los que un spoiler te puede condicionar su lectura. Pero incluso conociendo la historia, resulta interesante la curiosa relación de espejos entre terapeuta y paciente. 

Estábamos derribando hasta la última barrera entre psicoterapeuta y paciente. Pronto sería imposible discernir quién era quién.

Ambos tienen mil tramas y comparten más de lo que puede parecer de entrada. Ella, como indica el título, se niega a hablar, por lo que la terapia resulta difícil, por no decir imposible. Sin embargo, él le pone tanto empeño que la cosa no queda en ese silencio infinito. De hecho, parece más un policía que un psiquiatra cuando no se limita a tratarla a ella sino que le sigue la pista a todos sus allegados.

La redacción es correcta y casi todo resulta coherente, dentro de los derroteros surrealistas que se alcanzan una vez pasados los primeros capítulos. El ritmo es demasiado pausado al principio, para después acelerarse al mismo tiempo que lo sorprendente entra en escena. 

Alguna cosa chirría un poco: "Era más alto y tenía por tanto los hombros más anchos." Bueno, no siempre esto es así, depende de la constitución de cada uno. Y también hay cuestiones que no se entienden, aunque ella esté bordeando la locura, pues ve a alguien espiándola pero no se le ocurre nunca llamar a la policía.

No se puede comentar mucho más sin arruinar la sorpresa, así que me limitaré a recomendar este libro que me parece original y desconcertante.

Me niego a olvidar, de Laura Cárdenas. Reseña


Género: novela romántica, ficción contemporánea

Editorial: Libros y Literatura. Año 2023. 404 páginas.


Este libro aborda un interesante tema de actualidad: la dura vida de los cuidadores y sus secuelas. Aquí tenemos a una chica joven que apenas sobrepasa los treinta años y que sigue una rutina atípica para su edad. Esto de vivir volcado en un familiar dependiente es más habitual cuando los hijos tienen de cincuenta años para arriba, cuando hay ya poca posibilidad de emprender una vida "normal" o, mejor dicho, socialmente convencional, que no es lo mismo. Aunque daría poco juego semejante protagonista para una típica novela romántica como es esta. No le faltan todos los clichés del género; algo que, por otra parte, es lo que se busca en estos casos.

Me parece chocante que un chica joven, que va cada día a trabajar, no tenga ni una sola amiga con la que hablar de vez en cuando, aunque sea por teléfono, o una compañera afín en el trabajo, o incluso alguien con quien chatear por internet. Y, sin embargo, mantiene una relación amorosa con el cuidador de su padre enfermo. 

La historia no daría para mucho más. Pero entonces, llega "él": un príncipe azul al que sólo le falta el blanco corcel. El chico es estupendo desde el minuto uno, comprensivo, enamoradisimo sin apenas conocerla, atento... una quimera, vaya. Menos mal que descubrimos que no es tan distinto a otros hombres, aunque el fallo es puntual y no deja huella en esta relación de profundo color rosa. 

El estilo del libro es ágil y entretenido. Está bien revisado aunque no se libra de fallos como "a parte" en vez de "aparte", o "debo de aprender" que es un dequeísmo de manual.

El ritmo de la historia es extraño, pues ella pasa de estar sola (a excepción de su relación de pareja, claro, en la que se siente igual de sola) a conocer a la nueva familia política e integrarse en cero coma. Por suerte, resulta más creíble que ese amor que aparece como una tabla de salvación se muestre, aunque sea en contadas ocasiones, como una nueva complicación en la vida de Sara; pues los traumas son individuales y esa cosa abstracta llamada amor no lo puede todo, aunque el novio sea tan maravilloso.

Como no podía ser de otra manera, tratándose del tipo de novela que es, la idea central es que ella no se siente completa hasta tener pareja. Expresiones como "iban a formar una familia de las de verdad" deja en un nivel inferior a las monoparentales, a los solteros y a todos los demás esquemas relacionales. Echo en falta en esta edulcorada historia una fase temporal en la cual ella sea plenamente feliz en completa soledad, y ya desde ese punto de partida, que decida tener pareja o meterse a monja si le apetece. Pues no tiene ni un minuto para experimentar el necesario proceso de duelo y asimilación de su nueva realidad.

La novela no está mal y se lee del tirón. A veces resulta un poco pedante, como ocurre en esta frase sacada de un diálogo: "soy una aprendiz de cotidianeidad". ¿Quién habla así a esa edad...?. El problema, para mí al menos, es que no entiendo ciertas actitudes de ella. A pesar de ser fuerte y de tener la capacidad de cambiar de vida, piensa cosas como que su chico, "con suerte", le hará un masaje de pies, o le molesta que él se arrodille para declararse, o incluso dice que le va a dar un infarto en ese momento. 

Si te van este tipo de novelas con chicos muy perfectos en las que el amor es una especie de varita mágica, te encantará el libro. Si no va muy en tu línea, ya quedas avisada de por dónde van los tiros. 

Spoiler

Me parece curioso que el chico perfecto cometa un error tan grave como ocultarle su anterior matrimonio. Imagino que es una manera de meter algo de drama en la relación, pero es algo tan básico que sale en la primera cita sin necesidad de preguntar, creo yo. Y encima dice que no tenía importancia... Pues deja que ella decida si la tiene, ¿no te parece...? Pero Sara no lo considera una señal de alarma y todo sigue igual de perfecto, excepto un par de discusiones por cosillas como que él hace mucho ruido cuando cocina.

La relación con la cuñada es, si cabe, aún más inverosímil en su perfección. Parecen hermanas que se hubieran criado juntas. Cuando Sara le dice a su nueva amiga (y antigua simple compañera de trabajo) que no se le ocurre mejores padrinos que ella y su pareja, no pude evitar pensar "¿qué tal tus cuñados, con los que hasta te fuiste de luna de miel?". No sé si a alguien le parece una idea genial irse en grupo a una luna de miel; yo lo considero una pasada de rosca muy grande.

No sé si es muy realista que un chico, perfecto o no, se enamore tanto de una mujer con traumas y mochilas. Cada relación es un mundo, pero transmitir ese tipo de cuento rosa no me parece muy recomendable para corazones femeninos heridos, o sin herir. No quiero extenderme más sobre esto, ya que cada lectora, sobre todo si cuenta con un mínimo de experiencia sentimental, saque sus propias conclusiones. Y digo lectoras en vez de lectores pero está claro que este tipo de historias no son la lectura preferida de ellos.

Destaco un par de momentos emocionantes que me hicieron conectar de manera fugaz con la protagonista, pues el resto del tiempo, tal como le dice su psicóloga, no doy crédito a que se cure de sus traumas tan deprisa. Uno de esos momentos es cuando celebra su primera navidad con la nueva familia. Me parece creíble cuando se quiebra en ese entorno. Otra escena que emociona, aunque es fácil dadas las circunstancias, es cuando ella está en la UCI. Por cierto, que hay un salto brutal sin cambiar de capítulo mediante el cual nos transportamos a tres años más adelante. Aunque ya podemos suponer que todo transcurrió en una nube de colorines y comieron perdices todos y cada uno de esos días.

El día que habló el agua, de Víctor García-Rayo. Reseña


Editorial: Alfar. Año 2022. 

240 páginas

Género: policíaca, novela negra


Sinopsis:

Esta es una historia de relaciones humanas, de besos y de sangre que arranca con la aparición de un cadáver en el frío suelo de mármol de la catedral de Sevilla, en el coro, a principios del siglo XX. Dos inspectores de policía, un joven seminarista, un periodista con ansias de fama y una inconfesable madeja de amores forman una trama salpicada de asesinatos, persecuciones, excesos de copas y un tratante de obras de arte que sabe más de lo que parece. José Luis Mancilla y Dionisio Cortés, dos avezados sabuesos que van de vuelta tras una exitosa carrera profesional, investigan el crimen del deán de la catedral, cosido a puñaladas. El arzobispo de Sevilla, Marcelo Spínola, vivirá con zozobra, incertidumbre y pasión una primavera inolvidable que se empeña en colmar de sobresaltos las dependencias de palacio. ?El reguero de gotas de sangre arrancaba junto a la base del facistol, justo en el corazón del coro de la Catedral, y permanecía seco besando el mármol del templo en una ordenada hilera de materia mustia que terminaba tres metros más allá, en un charco del que ya sólo existían los bordes que recordaban el lugar exacto en el que expiró Marcelino Gálvez con el pecho atravesado.? Así comienza esta trepidante historia que da cobijo a los comportamientos del hombre y a las relaciones que se establecen entre las personas, y que verá su final cuando un soñador que se siente torero, filósofo callejero y hombre de valores, se reúna con uno de los inspectores. El Guadalquivir, un vapor que se hunde y una obra de arte darán luz a esta oscura trama. ¿Quién es el asesino? La madeja se desenmarañó el día que habló el agua.

Novela de trama sencilla y de ritmo pausado que no cuesta seguir. De hecho, ya la sinopsis desvela demasiado. El estilo podría ser más ágil, pues con frecuencia se rellenan varias páginas para contar lo que cabe en un par de párrafos. Pero el libro quedaría demasiado corto sin toda esa paja, o sin los escarceos amorosos del par de policías protagonistas, que tampoco aportan demasiado a la historia. 

En general la redacción es correcta, con algún desliz como "días" que se corta en di- y despistes menos leves como explicar que un hijo era el  menor y a continuación decir que todas sus hermanas eran mayores que él... Obvio. Pero lo más bochornoso, narrativamente hablando, es cuando te encuentras algo tal que así:

¿Encontraron ustedes un papel?... Sí

Y un par de páginas después, los mismos personajes dicen: 

¿Puedo saber qué encontraron?... Sí, se lo diré, encontré un papel.

Sin comentarios. Bueno, sí, hay que decir que ni siquiera el hecho de tener un respaldo editorial es garantía de que se pulan bien los textos.

Ambientada en Sevilla a principios del siglo XIX, apenas vislumbramos detalles de la ciudad de la época, aunque no falta algún personaje real como el arzobispo Marcelo Spínola. Aparte de la inevitable Giralda, se mencionan los "jardines del alcázar", que debería ir en mayúsculas, pues no se trata de un alcázar genérico sino del conjunto palaciego llamado Real Alcázar.

El autor aprovecha para colar sus conocimientos como periodista taurino a la menor ocasión, como en la escena final, que funcionaría igual dejando el símil taurino aparte. Hablando de toros, un personaje no debe explicarle a otro de su época y condición lo que es un monosabio, es un diálogo metido con calzador sólo para explicárselo al lector que no lo sepa.

Sólo apto para incondicionales del periodista, la tauromaquia y el mundillo eclesiástico.

Spoiler

Para repetir tanto que eran los mejores policías de su época, andan bastante lejos de sospechar del culpable. Que el seminarista mata a la chica, se veía venir. Lo del periodista, como no tiene ni pies ni cabeza, era el conejo sacado de la chistera en el último momento. 

La ciudad de la época no era muy grande, sin embargo, ¿qué pinta la amante en el hospital? Debía ser adivina, porque no iban a avisarla precisamente, pero allí aparece; es más, la esposa sabe quién es esa mujer. Pero no contento con eso, el autor hace que el llamado torerillo de Camas también aparezca por arte de magia en el lugar. Si una coincidencia resulta poco creíble, dos ya suena a que quiere torear nuestra credulidad lectora.