Reseña: Masoquismos, de Elena Terol Sabino




Género: humor negro

Sinopsis:

Ana es una idealista que quiere salvar el mundo. Ágata es una sociópata tratando de reconstruir su vida tras la misteriosa muerte de su marido. Sus caminos se cruzan en la pequeña ciudad donde Ana ha creado una terapia innovadora para curar impulsos masoquistas y las dos forman una conflictiva alianza. Al mismo tiempo, Ana se recupera de un reciente desencanto amoroso con la ayuda de una vieja amiga y Ágata intenta decidir si quiere continuar la relación con su nuevo amante. Una mirada cómica al amor, la amistad y el masoquismo.


Comparado con su anterior novela, La hermana perdida, este libro supone un cambio de registro, pues pasamos del drama al humor, paradójicamente en un entorno más maduro, quizá por la edad de los protagonistas.

Hay muchos libros acerca del sadomasoquismo, dentro de su género erótico específico, pero Elena no ha escrito un libro en esa línea, aunque haya escenas más o menos explícitas sobre ello. El punto original del libro consiste en no abordar de manera seria ese tipo de interacciones humanas, bordeando la parodia en algunos momentos, desde una perspectiva "vainilla" del asunto, con un resultado que a mí simplemente me ha parecido brillante y divertidísimo. 

Es un libro que se lee del tirón y he notado la evolución respecto al anterior libro de la autora en una redacción más pulida y casi exenta de erratas; del todo, por desgracia, no, pero siempre se puede re-pulir xD. Aparte de esos fallitos, hay cierta confusión con los nombres, pues lo de Diego/Ramiro llega un momento en que se usa Diego sin explicar que es la misma persona.


Tal como nos cuenta la sinopsis, tenemos dos protagonistas femeninas, en principio de personalidades contrapuestas, que acabarán cruzando sus caminos con consecuencias impredecibles. Ágata es una mujer de rompe y rasga aunque cruel y sin escrúpulos, mientras que Ana es más pasiva y sufre por culpa de los hombres canallas a los que parece atraer con un imán. 

El libro contiene como dos lineas argumentales, sobre masoquismo físico y emocional, a la vez que realiza una sarcástica radiografía de la realidad social, en la que demasiadas veces parece como si nos "fuera la marcha", por tanto sufrimiento en balde al que, en mayor o menor medida, nos sometemos todos en algún momento, en la faceta que sea.

Se nota que la autora se ha documentado acerca de BDSM, pero ya digo, es más sátira que realidad, porque Ágata no entiende de consensos ni límites. Pero es justo esa alternativa la que produce el efecto cómico buscado, lo que le da el punto de humor negro que le viene tan bien a la historia. Quizá eso sea algo que pueda echar para atrás a algún lector por considerarlo demasiado para sus gustos, es como el humor de Tom Sharpe, que no es apto para todos los paladares. Pero si lo tuyo es el humor con un toque gamberro y si además sabes algo del mundillo BDSM, seguro que no te defrauda.

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