Este
libro es uno de los clásicos que pensaba reseñar por aquí, así que como especie de homenaje tras la tragedia del incendio reciente de la
Catedral de Notre Dame, aprovecho para hacerla ya. Creo que todos más
o menos conocemos la historia, quizá por la versión de Disney
(peliculón, por cierto), y sabemos que trata del jorobado Quasimodo
y la gitana Esmeralda... y poco más. La versión original es un
novelón de los gordos, intenso y trágico, que te transporta a un
París de oscuras callejuelas, y también a la luminosa catedral, con
personajes diversos y fascinantes. Publicada en el siglo XIX,
contiene todos los elementos típicos y extremos del Romanticismo,
pero está ambientada en el siglo XV.
Recalco
que es un libro duro, que te atrapa y te hace sufrir, al menos si
eres de los que viven las historias de ficción a fondo. No voy a
hacer sinopsis ni spoilers, así que te recomiendo que lo leas y
averigües todo lo que no se contó en la versión dulcificada de
Disney.
Los
personajes son un poco estereotipados, con poco margen para los
grises, pero no por ello son menos interesantes y originales. La
chica es una gitana de belleza deslumbrante ante la que se rinden los
3 personajes masculinos de la historia, cada uno de una manera
diferente. El frívolo capitán Febo es un mujeriego que solo busca
un revolcón mientras le hace creer que la ama. El archidiácono
Frollo es un tipo falso y sin escrúpulos que la ama y la odia al
mismo tiempo, o quizá proyecta en ella su auto-odio por desearla
siendo sacerdote. Y Quasimodo simboliza el amor puro y desinteresado.
La película de Disney le da protagonismo al jorobado en el título,
y a pesar de ser un personaje único y el primer discapacitado de la
literatura con un papel de mucho peso, lo cierto es que solo hay un
gran protagonista en esta novela: la propia catedral de Notre Dame.
Sin ese escenario no se entendería el libro, es el mayor homenaje
realizado a una obra de arquitectura real que yo sepa, y si te gusta
el arte además, tiene que estar entre tus lecturas imprescindibles.
Tuvo
que pasar mucho tiempo para que el tema de las catedrales tuviera
tanto protagonismo, como ocurre en Los pilares de la Tierra de Ken
Follet, otro imprescindible si te gusta el tema. Por cierto, Frollo
parece la inspiración para uno de los personajes en Los pilares.
Curiosamente,
y terriblemente, en el propio libro se describe un incendio de la
Catedral, que sirvió para que las autoridades parisinas prestasen más
atención al edificio y lo restaurasen. Así que, mientras sigamos
leyendo este tipo de historias, lograremos mantener vivo al menos el
espíritu de joyas culturales como esa.
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