Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo. Reseña



Este libro es uno de los clásicos que pensaba reseñar por aquí, así que como especie de homenaje tras la tragedia del incendio reciente de la Catedral de Notre Dame, aprovecho para hacerla ya. Creo que todos más o menos conocemos la historia, quizá por la versión de Disney (peliculón, por cierto), y sabemos que trata del jorobado Quasimodo y la gitana Esmeralda... y poco más. La versión original es un novelón de los gordos, intenso y trágico, que te transporta a un París de oscuras callejuelas, y también a la luminosa catedral, con personajes diversos y fascinantes. Publicada en el siglo XIX, contiene todos los elementos típicos y extremos del Romanticismo, pero está ambientada en el siglo XV.

Recalco que es un libro duro, que te atrapa y te hace sufrir, al menos si eres de los que viven las historias de ficción a fondo. No voy a hacer sinopsis ni spoilers, así que te recomiendo que lo leas y averigües todo lo que no se contó en la versión dulcificada de Disney. 


Los personajes son un poco estereotipados, con poco margen para los grises, pero no por ello son menos interesantes y originales. La chica es una gitana de belleza deslumbrante ante la que se rinden los 3 personajes masculinos de la historia, cada uno de una manera diferente. El frívolo capitán Febo es un mujeriego que solo busca un revolcón mientras le hace creer que la ama. El archidiácono Frollo es un tipo falso y sin escrúpulos que la ama y la odia al mismo tiempo, o quizá proyecta en ella su auto-odio por desearla siendo sacerdote. Y Quasimodo simboliza el amor puro y desinteresado. La película de Disney le da protagonismo al jorobado en el título, y a pesar de ser un personaje único y el primer discapacitado de la literatura con un papel de mucho peso, lo cierto es que solo hay un gran protagonista en esta novela: la propia catedral de Notre Dame. Sin ese escenario no se entendería el libro, es el mayor homenaje realizado a una obra de arquitectura real que yo sepa, y si te gusta el arte además, tiene que estar entre tus lecturas imprescindibles.

Tuvo que pasar mucho tiempo para que el tema de las catedrales tuviera tanto protagonismo, como ocurre en Los pilares de la Tierra de Ken Follet, otro imprescindible si te gusta el tema. Por cierto, Frollo parece la inspiración para uno de los personajes en Los pilares. 


Curiosamente, y terriblemente, en el propio libro se describe un incendio de la Catedral, que sirvió para que las autoridades parisinas prestasen más atención al edificio y lo restaurasen. Así que, mientras sigamos leyendo este tipo de historias, lograremos mantener vivo al menos el espíritu de joyas culturales como esa.

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