Antes
de empezar la reseña, voy a dar un consejo para autores
desmotivados. Cada vez que estés de sequía creativa, piensa en las
condiciones que tuvieron que afrontar escritores como la propia Jane
Austen para darte cuenta de la ventaja que supone usar ordenadores o
móviles a la hora de escribir, de la posibilidad de autopublicar tus
libros y que te lean en todo el planeta, o que no te miren mal por
dedicarte a una tarea principalmente masculina en otros siglos. Por
si no se nota, admiro mucho a mi querida Jane, y creo que yo habría
tenido una vida parecida a la suya de haber nacido en su época.
El
tema principal en todos sus libros es el gran problema del
matrimonio, es decir, cómo logra ubicarse en la vida una mujer
soltera de la época, ya que casarse era algo de lo que dependía el
futuro económico de todas las chicas casaderas. Y si alguna no se
casaba, dependía de la caridad de sus hermanos. La propia Jane sabía
bien de lo que hablaba, y a pesar de tener pretendientes y aceptar
incluso a uno (para arrepentirse pronto), jamás se casó. Nos expone
con una mezcla de humor y dramatismo la situación delicada de toda
mujer que tiene que poner en la balanza otras cosas aparte del amor,
y sus protagonistas son atípicas en ese sentido, como lo fue ella.
En cuanto a ellos, parecen la personificación de hombres que habría
deseado que existieran, llenos de cordura y buenos sentimientos, al
menos los personajes principales, porque hay muchos otros a los que
satiriza sin piedad y con razón. Todos los que intentan una relación
de pura conveniencia o se comportan de forma deshonesta son
despellejados sin piedad, y algunos que parecen malvados, se
convierten en buenos por medio del amor.
Ojo,
no estamos ante unos libros ligeros y tontorrones, o novelitas rosas
en las que todo sale rodado. Son historias que por encima de todo
retratan la sociedad de la época con una fidelidad extrema y que te
transportan al pasado con naturalidad desde la primera página. Puede
parecer una obviedad esto que digo, ya que SON de otra época, pero
hay libros antiguos en los que cuesta mucho esfuerzo meterse en
situación, y en los libros de Austen no es así. En su momento no
paré hasta leerlos todos, y hasta tenía mi ranking de más y
menos preferidos. Hoy en día no recuerdo cómo iba la lista, porque
ya están en mi memoria al mismo nivel Emma, Persuasión, Sentido y
sensibilidad (mal traducido por cierto, ya que se trata de sensatez
frente a emociones), Mansfield Park, etc. Pero lo que no ha cambiado
es que mi preferido es y será siempre Orgullo y prejuicio.
Y
ahora sí, jaja, ahora voy con la reseña de este libro maravilloso.
Elizabeth Bennet tiene varias hermanas, y la madre solo sueña con
casarlas a todas. El padre es entrañable y prefiere que las hijas
sean felices ante todo, una idea bastante revolucionaria para la
época. La relación con Lizzy, como la llaman en su familia, es
especial. Ella es su preferida, la que tiene la cabeza más en su
sitio y la que no se va a conformar con ningún caballero que se crea
por encima de ella simplemente por tener dinero. Cuando llega al
vecindario una pareja de amigos de buena posición, la madre
suspirará porque Lizzy y su hermana, las mayores de sus hijas, los
pesquen. Pero llegan los malentendidos y, como dice el título, el
orgullo y el prejuicio se interpondrán en el camino del final feliz.
Estoy
convencida de que Austen habría escrito buenos libros de suspense,
porque en algunas tramas consigue unos giros que te dejan sin
palabras. En este caso, los encuentros y desencuentros de Lizzy con
el señor Darcy dan juego para pasar de un extremo al otro en su
relación y que nada chirríe por el camino. Es muy divertida la
crítica social que hay siempre de fondo, y nuestra protagonista
tampoco se salva, pues una cosa es que no te dejes pisotear por un
ricachón y otra, que lo margines por ser rico, jajaja.
Hay
varias versiones cinematográficas, pero me quedo con la serie
protagonizada por Colin Firth, que hacía un papel parecido en
Bridget Jones. Qué pena que ya no existan caballeros así, ains. En
cuanto a Lizzy, no pertenece a su época. La forma en que mantiene su
terreno es admirable y desde luego marca un antes y un después entre
las típicas damiselas en apuros. La mayoría de veces en que un
libro se convierte en una obra maestra es porque supone un avance en
la historia de la literatura, introduciendo una novedad, ya sea de
estilo, lenguaje, trama, etc, y ese es uno de los méritos de Austen,
aunque no el único. Quizá exista cierta marginación hacia mujeres
que escribían acerca de hazañas caseras frente a las historias
épicas de hombres dedicados a cosas “serias”, pero opino que
todo queda al mismo nivel y que cada cual tiene su lucha particular,
igual de importante que los grandes acontecimientos de la humanidad.
En resumen, fue una gran autora y no merece caer en el olvido, aunque
en lengua inglesa tiene legiones de seguidores, que organizan incluso
campamentos, escenificaciones de sus libros y cosas así. Si quieres
leer historias con asuntos que no pasan de moda, a pesar de que sus
personajes se vistan de otra manera, sus obras no te decepcionarán.
No te miento si te digo que nunca leí a Jane Austen. Es más, me compré Sentido y sensibilidad (mal traducido, me queda claro) y lo regalé en un concurso jeje
ResponderEliminarA todo esto, excelente reseña y procuraré leerlo pronto.
Abrazo
Fíjate que al comienzo de Independiente veía yo similitudes de cierto orgullo y algún que otro prejuicio con quien tú ya sabes (no quiero spoilear), pero lo bueno de libros como este es que tratan de asuntos intemporales y no hace falta inspirarse en algo anterior, es que simplemente son cosas que siempre están ahí, como tópicos pero que son verdad.
EliminarEspero que te guste, un abrazo.
-Ana Moon