La historia interminable, Michael Ende. Reseña



Este libro es, en mi opinión, el mejor libro de fantasía de todos los tiempos. Da igual lo que se haya escrito después, es la historia entre las historias; es, como bien dice el título, la historia que nunca termina, porque la escribimos entre todos todo el rato, construimos ese mundo de fantasía y lo seguiremos haciendo mientras exista la raza humana. La idea es simplemente brillante, existe el reino de fantasía, y es tan variado e intangible como innegable es su existencia. Y está amenazado por la Nada, que es lo opuesto, es la falta de imaginación, es la aburrida y gris vida que el autor ataca en su otro gran libro, Momo.

El libro en sí es una maravilla, con sus dos colores de letras, para diferenciar ambos mundos. Para mí fue lo más original que había visto nunca en un libro hasta el momento, y si tienes la suerte de leerlo con una edad parecida a la del protagonista, el efecto mágico aumenta, hasta el punto que casi te dan ganas de abrir la ventana en mitad de la noche y gritar el nombre que quieres darle a la Emperatriz para ayudarla. Quien no se haya planteado hacer eso, que tire la primera piedra :P

La película del mismo nombre -la original, no la secuela-, la de la canción de Never ending story de Limahl, conserva toda la magia del libro. Conozco a gente que no la vio entera porque la escena de Atreyu con el caballo era demasiado para una película infantil... Y es que los mejores libros infantiles son los que sirven para todos los públicos, los que no ahorran las verdades de la vida. Y los que somos lectores voraces, apreciamos todo eso, sabemos que quien lee mucho vive mucho, por contradictorio que parezca. Y este libro nos anima a fantasear aun más.



No sé si le pasará a más gente, pero a mí siempre me fascina cuando un libro trata de otro libro, como ocurre aquí o cuando aparece un libro misterioso en la historia, como el diario de Tom Ryddle en Harry Potter. Así que imaginarme al pequeño Bastian en la buhardilla leyendo mientras afuera cae una tormenta me recuerda a mí misma en esos grandes momentos que me dio y me sigue dando la lectura. El final del libro es algo real, en cierto modo, la fusión entre ambos mundos se produce cada vez que nos enfrascamos en una lectura como si no hubiera nada más en el mundo.

Si no lo has leído, ya estás tardando.

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