Este
libro es, en mi opinión, el mejor libro de fantasía de todos los
tiempos. Da igual lo que se haya escrito después, es la historia
entre las historias; es, como bien dice el título, la historia que
nunca termina, porque la escribimos entre todos todo el rato,
construimos ese mundo de fantasía y lo seguiremos haciendo mientras
exista la raza humana. La idea es simplemente brillante, existe el
reino de fantasía, y es tan variado e intangible como innegable es
su existencia. Y está amenazado por la Nada, que es lo opuesto, es
la falta de imaginación, es la aburrida y gris vida que el autor
ataca en su otro gran libro, Momo.
El
libro en sí es una maravilla, con sus dos colores de letras, para
diferenciar ambos mundos. Para mí fue lo más original que había
visto nunca en un libro hasta el momento, y si tienes la suerte de
leerlo con una edad parecida a la del protagonista, el efecto mágico
aumenta, hasta el punto que casi te dan ganas de abrir la ventana en
mitad de la noche y gritar el nombre que quieres darle a la
Emperatriz para ayudarla. Quien no se haya planteado hacer eso, que
tire la primera piedra :P
La
película del mismo nombre -la original, no la secuela-, la de la
canción de Never ending story de Limahl, conserva toda la magia del
libro. Conozco a gente que no la vio entera porque la escena de
Atreyu con el caballo era demasiado para una película infantil... Y
es que los mejores libros infantiles son los que sirven para todos
los públicos, los que no ahorran las verdades de la vida. Y los que
somos lectores voraces, apreciamos todo eso, sabemos que quien lee
mucho vive mucho, por contradictorio que parezca. Y este libro nos
anima a fantasear aun más.
No
sé si le pasará a más gente, pero a mí siempre me fascina cuando
un libro trata de otro libro, como ocurre aquí o cuando aparece un
libro misterioso en la historia, como el diario de Tom Ryddle en Harry Potter. Así
que imaginarme al pequeño Bastian en la buhardilla leyendo mientras
afuera cae una tormenta me recuerda a mí misma en esos grandes
momentos que me dio y me sigue dando la lectura. El final del libro
es algo real, en cierto modo, la fusión entre ambos mundos se
produce cada vez que nos enfrascamos en una lectura como si no
hubiera nada más en el mundo.
Si
no lo has leído, ya estás tardando.
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